El represor condenado había pedido que se hiciera efectivo el fallo de primera instancia a favor de la prisión domiciliaria. Etchecotatz argumenta que con 87 años y la salud frágil tiene derecho a vivir en su casa del bosque Peralta Ramos. Los jueces deberán decidir hoy si aceptan la solicitud.
La posibilidad concreta de que el represor condenado Miguel Osvaldo Etchecolatz reciba el beneficio de la prisión domiciliaria en su casa de Mar del Plata genera en estos momentos una importante manifestación frente a las escalinatas de la Cámara Federal de La Plata.
Quienes participan son integrantes de organismos como Abuelas de Plaza de Mayo, APDH la plata, Asociación ex detenidos desaparecidos, Fundación Anahi- Chicha Mariani, CeProDH, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Unión por los Derechos Humanos de La Plata, Justicia ya La Plata, Apel, HIJOS la plata, Liberpueblo, Medh, CTA autónoma provincia de buenos aires, CTA provincia de Buenos Aires, Fulp, Adulp y numerosa cantidad de querellantes y familiares.
Vale recordar que fines de junio el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, con votos de los subrogantes Germán Castelli y Jorge Michelle y disidencia de Roberto Lemos Arias, se pronunció a favor de la domiciliaria en julio por la edad del represor, su hipertensión arterial y los riesgos de un ACV.
Para hoy está previsto que la Cámara resuelva y por ese motivo se organizó la convocatoria en la intersección de 8 y 50 de La Plata.
Etchecolatz vivió en los años posteriores a la llegada democrática en la casa del bosque Peralta Ramos y se mantuvo allí hasta septiembre de 2004. Ese año la reanudación de juicios por delito de lesa humanidad –en su caso, los episodios del denominado circuito Camps- provocaron su detención, aunque doce meses después fue liberado y retorno a la vivienda con arresto domiciliario.
En junio de 2006 Etchecolatz quebrantó el beneficio al mostrarse armado (poseía una pistola calibre 9 milímetros) y por ello volvió a prisión. Poco después fue condenado en el marco del juicio que tuvo como querellante y principal testigo a Julio López, quien el 18 de septiembre de 2006 desapareció en un comprobado acto involuntario y forzado.
En el marco de las averiguaciones por encontrarlo hubo allanamientos en el Bosque Peralta Ramos, más precisamente en la casa de un amigo de Etchecolatz. Se trata de un médico policial al que una denuncia anónima lo había colocado como sospechoso en el caso López. Los indicios no eran pocos: amigo de Etchecolaz, ex policía, vecino y poseedor de un vehículo Volkswagen Gol mencionado por el denunciante.
Es que el anónimo había asegurado que el amigo de Etchecolatz había utilizado ese tipo de auto para trasladar secuestrado a López. Cuando la policía allanó una casa del Bosque Peralta Ramos, efectivamente encontró –aunque todo desarmado- un VW Gol.
En ese contexto vecinal es que ahora Etchecolatz quiere continuar su vida a lo que, naturalmente, se oponen organizaciones de todo tipo y una institución social más elevada: el sentido común y de justicia.
En los tribunales de LP contra la domiciliaria a etchecolaz, #ni un paso atrás! pic.twitter.com/5H0Ta3Z3U6
— juancontri (@juancontri) 10 de agosto de 2016